Una realidad lacerante de pobreza que se mantiene en la
provincia de Santa Elena fue lo que provocó en la ciudadanía local, el deseo de
respaldar a los líderes políticos para que Santa Elena se convierta en provincia.
Nos acercamos al noveno año de aquella gesta y el objetivo
de los peninsulares no se cumple, la pobreza y el desempleo se mantiene,
agravado ahora por la situación financiera nacional, que ha mermado las arcas
municipales y prefectura, también las juntas parroquiales de esta provincia
Así a la población santaelenense se le hace más difícil que
las obras para su sector se concreten, y tendrán que seguir esperando como lo
han hecho siempre. Probablemente la población santaelenense es la más paciente
del país, añadido a ello su capacidad estoica de resistir por décadas esta
realidad de estar relegando a las nuevas generaciones que deriva en afectación
a la seguridad ciudadana que hasta hace pocos años especialmente en el cantón
Santa Elena no se veía, hoy ningún cantón se escapa de aquello.
Es lamentable por ejemplo que ciertas autoridades de
instituciones públicas y privadas no apoyen siquiera la publicación de libros
sobre las riquezas y virtudes nuestras, en un accionar que parece de líderes
primarios
Sorprende que una provincia de apenas 300 mil habitantes se
mantenga en esta situación, es preocupante que los administradores políticos no
se hayan puesto de acuerdo para lograr un plan de desarrollo a mediano plazo,
así, tendremos que opinar el próximo año que se ha desperdiciado una década,
sin beneficio para la mayoría y beneficio para unos pocos.