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| Leonardo Rivadeneira |
Imaginémonos a la provincia local de aquí a tres años, cuando los alcaldes dejen sus cargos: ¿seguirán las calles sin aceras, sin bordillos y llenas de polvo?, ¿habrán verdaderos centros de recreación que activen el turismo y la economía?, ¿se mantendrá el déficit de baterías sanitarias en todo el cordón costero de la ruta de Spondylus?, con esos parámetros ¿el turismo beneficiará a las mayorías?. ¡Ojalá! que los alcaldes demuestren que estamos equivocados para beneficio de la población
Esa concepción de los burgomaestres de planificar sus obras sin pensar en el desarrollo económico de su población, atrasa y perjudica a las mismas arcas municipales.
Es hora de pensar en una nueva Santa Elena, una provincia con cambio de mentalidad, con proyectos de desarrollo sostenido, con nuevos líderes y funcionarios que a más de capacidad muestren honradez, donde propios y extraños arrimemos el hombro para erradicar esa apatía por lo nuestro, provocada por sus autoridades, que está afectando a la población joven económicamente activa, que no encuentra oportunidad para laborar, a pesar de sus conocimientos
¡No puede ser! que una provincia con apenas 308.000 habitantes, siga en la pobreza, debido a que sus burgomaestres no encuentran el norte preciso para lograr una nueva Santa Elena, ni se dan por aludidos.
Mientras en otras partes del mundo hay arquitectos que crean ciudades para albergar 1.000.000 de habitantes con todos los servicios básicos, aquí estamos aún con desfase en estos servicios.
Es frustrante observar como la capital provincial en pleno 2011 se ha convertido en una polvorienta ciudad de paso, debido a que no ofrece ningún atractivo para que los turistas se queden, por la incapacidad del concejo santaelenense, que sigue el mismo camino de los anteriores, inaugurando el tanque elevado, la calle de acá, la casa parroquial y nada más, dando lugar a que esas autoridades anteriores equivocadamente piensen que han hecho bien las cosas y sueñen con volver al sillón de alcalde
En fin, el pueblo celebró sus 4 años, sin observar mejoras sustanciales.
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